08 La frustración política - motor de cambios

La frustración política nace de una tan torpe, rígida, engorrosa, oscura e impenetrable como desbordante y, a menudo, necia burocracia administrativa, como también de la escasa capacidad de participación efectiva por parte de la ciudadanía para poder influir en ella. Otro factor de esa frustración se deriva de los intercambios de votos que desembocan en coaliciones políticas 'contra natura'; de los despilfarros de fondos públicos;  de la ingente cantidad de corruptelas y corrupciones; de las peleas partidistas para conseguir 'colocación' en todo tipo de instituciones o en empresas públicas (28-b ); del amiguismo político (54 - ); de la hipocresía; de la demagogia; de la falta de una justicia eficaz, y demasiados etc. más. 

El presente proyecto sugiere que esa frustración provoque una reacción de personas ansiosas en abandonar el derrotismo del 'nada puede hacerse' para contrariamente intentar 'hacer algo', aún a riesgo de que tal iniciativa no prospere. No parece mucho, pero seguramente mucho más de lo que individualmente pueda hacerse desde el mostrador que separa el ciudadano de a pie de quienes se atrincheran para dominarle desde el 'otro lado' de esa barrera. Cada vez que saltan a la luz pública escándalos de corrupción, despilfarro u otros abusos, la clase política hace esfuerzos para insistir en que estas situaciones no son generales sino puntuales, creando nuevas instituciones públicas como por ejemplo la Oficina Antifrau o el Tribunal de Cuentas, a sabiendas de que las auditorias tuteladas por los sucesivos gobiernos no funcionan y nunca funcionarán porque no puede funcionar un control que al final depende de las propias instituciones 'controladas'.

Existe un obvio 'conflicto de intereses' que se deriva de que una institución administrativa controle a la Administración que la ha creado y que dependa directa o indirectamente de la misma. El ciudadano de a pie se pregunta si no sería más económico confiar el control del destino de sus impuestos a la transparencia pública, en lugar de delegarlo en instituciones 'contaminadas' (08-f ).  

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10/2015