26 El político ante sus instintos atávicos

Los impulsos humanos vienen condicionados por una genética que desde millones de años prima los instintos de supervivencia(1)y dominio a menudo en merma los valores cívicos ('honestidad', 'confianza', 'solidaridad', etc. Partiendo del hecho de que detrás de cualquier político se halla una persona humana con todas sus virtudes y defectos, es lógico que un número considerable(2) suelen sucumbir ante las tentaciones que ofrece la ostentación y el ejercicio del poder, aprovechándose del cargo para beneficiar su ego, su patrimonio, su ansia de dominación, extendiendo tales impulsos a familiares y amigos. Las tentaciones económicas derivadas del poder político son de una seducción particularmente atractiva porque suelen, a: ser mínimas comparado a los presupuestos que afectan, y que, b:  son de titularidad 'anónima', es decir de 'nadie' en concreto'. Por ello, extraer beneficios personales de un cargo no suele causar perjuicio directo a un particular sino 'sólo' a las arcas públicas, es decir a un ente abstracto cuya enorme dimensión, desde la percepción individual, parece favorecer ciertos desfalcos como el 'chocolate del loro'(3). Resulta difícil resistirse a tantas tentaciones, como la de cobrar comisiones, a crear una nueva plaza en la Administración pública para dar trabajo a un hermano en paro, facilitar un contrato de suministro a un amigo en dificultades. 

Aquéllos ciudadanos que nunca han ocupado un cargo con poder de disposición económica, antes de juzgar a los demás, deben preguntarse lo que harían si pudiesen procurar a cargo del presupuesto un trabajo a un familiar necesitado. Existe una moral del impotente por nunca haber ostentado cargo político, y por tanto nunca ha sufrido las tentaciones que brindan tales cargos. No todo poder es abuso de poder, pero no hay duda que ejercer el primero y renunciar al segundo no suele ser consustancial a la naturaleza humana(4). Tiene cierta 'lógica' que los políticos con poder no suelen ser entusiasmados defensores de promover sistemas eficientes de control y de participación en contra de sus 'instintos primarios' de no compartir su mando. La transparencia que el proyecto de I.R.A. ciudadana pretende promover constituye una invitación a deliberar la forma de prevenir conductas que - por atávicas - no son menos antisociales


Mirar primero por el interés propio antes por el de los demás constituye una forma de conducta primaria (instintiva) y por tanto inherente a la inmensa mayoría de los humanos. En aras de la convivencia pacífica se han elaborado sistemas religiosos, éticos y políticos más o menos racionales, pero siempre represivos de los instintos primarios que desconocen el 'bien común', mientras que no sirve directa o indirectamente a las necesidades o aspiraciones subjetivas. El prestigioso columnista americano David Brooks ('The Social Animal') sostiene que el hombre es mucho menos racional de lo que creemos. Sostiene que las emociones son el fundamento del pensar y de la toma de decisiones. La neurociencia está demostrando que muchas de nuestras decisiones ya están formadas en el subconsciente antes de que las adoptamos de forma consciente(5). Ello no quiere decir que nuestro subconsciente actúa de forma independiente de nuestra voluntad, sino que se nutre de forma imperceptible de nuestro carácter, preferencias e inclinaciones genéticas, como también de nuestras experiencias. Como todo humano, también el político participa de esa condición, por lo que igualmente es rehén de su subconsciente que le dicta conductas de supervivencia instintiva dentro de su particular mundo, que suele ser el partido. En cuanto a la 'racionalidad' humana, parece que existen dos versiones: La primera se refiere a la mayoría de las personas, que por pereza a pensar de forma consecuente y estructurada, se entregan a sus impulsos y deseos instintivos, utilizando el resto de su 'racionalidad' para defender con razonamientos 'objetivos' sus inclinaciones emocionales. Convierten su racionalidad en la ramera de los instintos. Los nazis estuvieron infructuosamente buscando evidencias 'científicas' para demostrarse a si mismos que los 'judíos' no eran un colectivo religioso, sino de una 'raza inferior', y así justificar sus impulsos sádicos con un argumento supuestamente 'racional' o 'científico'. Las personas que aceptan el esfuerzo de luchar contra la servidumbre de sus propios instintos y prejuicios emocionales(6) suelen ser la minoría, pues los esfuerzos intelectuales suelen contar entre los más difíciles y frustrantes. 

(1) La aceptación de intentar reprimir los perjuicios instintivos de supervivencia a planteamientos coherentes fundados en conclusiones 'objetivas', aún a sabiendas de que los resultados nunca alcanzarán verdades absolutas, constituye el precio de pensar, una actividad que se ha descrito por un escritor como una 'enfermedad incurable'. 

(2)  En honor a la verdad debe insistirse que la mayoría de los políticos no son corruptos, aunque existen momentos que la conducta, aunque la conducta desaprensiva de muchos favorece la generalización negativa.

(3) Comparado con la inmensidad de los presupuestos de las Administraciones públicas, muchas partidas parecen relativamente pequeñas. En tiempos de vacas gordas, los políticos justificaban excesos de gasto, remitiendo a su volumen 'modesto' en relación a la globalidad de los presupuestos calificándolos de 'chocolate del loro'. En tiempos de vacas flacas, los mismos políticos vuelven a justificar similares excesos relativizando su importe con la inmensidad de las deudas públicas acumuladas.    

(4) La Vanguardia, 6.4.2014, Silvia Hinojosa cita al profesor de psiquiatría, Adolf Tobeña, que en base de un estudio universitario llego a la conclusión que, "en torno a una media del 20 o el 25% por ciento de los participantes resultaron deshonestos sistemáticos..., dispuestos a correr riesgos aún ante vigilancia y sanciones fuertes..." La mayoría, del 40 al 50 por ciento, actúa "en función de la oportunidad y será honesta, o deshonesta según la vigilancia sea o no sea efectiva......"   De lo que se deduce que honestos 'por su propia e individual naturaleza' sólo queda un 25%. Es por tanto inútil buscar a políticos honestos, pues de cada cuatro, tres tendrán inclinaciones naturales de no serlo al igual que el resto de sus conciudadanos. Lo que confirma que debe buscarse sistemas de control para incrementar el porcentaje del 25% de honestos.


(5El neurocientífico, Michael S. Gazzaniga, en su libro 'Who's in charge' sostiene que muchas nuestras decisiones se toman de foma absoutamente inconsciente. Ante la duda creciente de a quién votar, esa teoría adquiere todavía más relevancia ya que el votante al final se guía más por su emoción que por su razón.

(6) Sorpresivamente algunas conclusiones de la neuromedicina parecen asemejarse a conlcusiones a las que casi un siglo antes llegó Sigmund Freud, al describir la dialéctica entre lo que definió el inconsciente atávico ('es'), y la consciencia social ('super-yo') en endémico conflicto entre el interés egoísta y la ética social.

Ver: 
La recíprocidad


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La Vanguardia, 4.11.2013, Moisés Gómez Díaz en carta al director, escribe: "Tras décadas de investigación, la psicología social ha llegado a la conclusión de que las personas nos convencemos mediante argumentos emocionales, y sólo después de estar ya convencidos buscamos argumentos racionales para sentirnos mejor...".

El País, 7.8.2013, Julián Casanova comenta: "... La ética se aleja definitivamente de la política, que se convierte en una pura forma de poder de determinados grupos sociales y ya no en eje de cambio de la sociedad..."

Der Spiegel 35/2012, Michael Schmitz, pág 53/4, acerca de los políticos alemanes, escribe: ".... La política es la piscina donde se agitan los oportunistas ansiosos de poder..... Lo que importa es captar simpatías... El que consigue hacerse el simpático ante los electores asciende. Los oportunistas se adaptan a los deseos de los electores, el núcleo de su programa no suele consist resolver los problemas, sino el populismo, aún cuando con ello se agudizan los problemas... Buen ejemplo fue la última  crisis de la deuda 2012 a 2017, ante todo, fue y sigue siendo una  crisis moral. Se culpabiliza a los bancos,   olvidándose que desde hace treinta años los políticos europeos han gestionado las economías por encima de  sus posibilidades. Han gastado más de lo que han ingresado. La crisis es una consecuencia de la irresponsabilidad, principalmente de los políticos... Niegan recurrir a considerar planteamientos propios con los de la oposición, desdeñando mejores soluciones colectivas a favor de petulantes planteamientos de vanidosas incompetencia propia. 

Der Spiegel, 48/2011, pág. 126 reproduce al periodista financiero M. Lewis, en el que reproduce un comentario de un ex-ministro de finanzas griego, según el cual sería más barato que todos los griegos fueran en taxi que mantener las subvenciones del tren.

El Mundo, 20.11.2011, Laura Tardón escribe como ejemplo a Felipe González, que "... aspiraba a ser el Franco de la izquierda". Y en la descripción genérica de los altos mandos escribe: "... Quizá, durante el primer año de mandato, el elegido como presidente de Gobierno muestra humildad y se deje aconsejar, pero, poco a poco ... se vuelven muy suspicaces, desconfiados ... rencorosos, vengativos ..... "

La Vanguardia, 4.7.2011, Guy Kaen comenta la cada vez mayor posibilidad de influir en nuestra conducta pro-social mediante sustancias químicas que modulan la actividad neuronal. Y termina preguntándose de rechazarse tal posibilidad, ¿Qué indicaría acerca de nosotros? La novela "Nuevo mundo feliz" de Aldous Huxley describe una mayoría de población dependiente de la 'droga de la felicidad', que denomina 'Soma', y que permite ser feliz sin que la realidad interfiera con el ánimo de quienes se han acostumbrado a evadirla tomándola regularmente.

La Vanguardia 24.6.2011 escribe, “…..el asunto…..salpica a los Kirchner, que usaron a la Fundación madres de la Plaza de Mayo, emblema de los derechos humanos, en operaciones clientelistas”.

La Vanguardia, 16.6.2011, Robert Mur comenta: “Las Madres de la Plaza de Mayo sobrevivieron a la dictadura pero ahora pueden verse arrolladas por la corrupción. El escándalo saltó a finales de mayo cuando Sergio Schoklender, gerente de la fundación que agrupa a madres de detenidos desaparecidos ... abandonó el cargo entre denuncias de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.

-2- La Vanguardia, 10.12.2010, Santiago Tarín comenta que “…la mayoría de los encuestados estima que los políticos buscan enriquecerse u obtener influencia, que los partidos son corruptos y se financian irregularmente……”.

La Vanguardia, Magazine 24.10.2010 cita a Mario Vargas Llosa, cuando en una entrevista recuerda las enseñanzas por su paso por la política, describiendo a la actividad política como “una técnica donde sale lo peor: intrigas, conspiraciones, cálculo, cinismo….. una experiencia traumática…..quien se mete en política ….. sella un pacto con el diablo…..”.

01/2015