13-a La participación

Por primera vez en la historia del hombre, la red social de Internet brinda la posibilidad jurídica y técnica para realizar el sueño democrático de la participación colectiva en los asuntos de todos, que germinó hace 25 siglos en Grecia. Hoy, Internet puede convertirse en el "ágora", donde todos se reúnen para debatir y decidir. Puede que en un futuro los historiadores convengan que la informática fue el elemento propulsor que puso fin a la Edad contemporánea para pasar a la Edad Interactiva (o una denominación histórica equivalente). Quizá será de aceptación generalizada que dentro de la informática, Internet  fue el instrumento revolucionario que permitió pasar de las democracias modernas (representativas) a las democracias participativas o mixtas, pues facilitó el acceso a la información de toda actividad pública, permitiendo con esa información el control de la ciudadanía sobre sus administradores políticos y, por ende, su participación efectiva en SUS propios asuntos públicos.

En la actualidad española, las posibilidades de participación ciudadana a través de plebiscitos son prácticamente nulas. La participación ciudadana en los asuntos públicos constituye una de las metas que I.R.A. postula a través de los contenidos de sus temas. Un objetivo a largo plazo que pretende fomentar la implicación activa del ciudadano en asuntos concretos de interés colectivo. Para poder participar en la gestión de los asuntos públicos, es condición previa un acceso real, efectivo y exhaustivo a toda la información relacionada con tal gestión, por lo que la transparencia pública debe reclamarse de forma imperativa para que finalmente se convierta en un derecho tan recíproco como el de Hacienda para exigir al ciudadano la absoluta transparencia de sus cuentas. 

Gracias al revulsivo del movimiento 15-M y el partido 'Podemos', a partir de 2015 se están iniciando iniciativas desde la propia Administración para incrementar la participación de los ciudadanos en SUS asuntos(1).

(1) En 2014, el Ayuntamiento de Sitges (Barcelona) inició un programa de propuestas, llamados 'Presupuestos participativos' donde, supeditado a unas reglas de procedimiento y admisión, todo vecino podía proponer actuaciones o inversiones que luego fueron sometidos a votación, saliendo los que más adhesión consiguieron. Tales actuaciones/inversiones tenían un techo global de un millón de euros. 



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L´Eco de Sitges, 13.1.2012: Un partido de independientes sugiere aprobar un "Reglamento Orgánico Muncipal" para establecer unas reglas de participación ciudadana directa en la administración de su villa.

La Vanguardia, 9.6.2009, Miguel Roca Junyent: En relación a la menguante participación electoral, entre otros, escribe,  “... el ciudadano es más maduro de lo que algunos creen y son pocos los que se sienten atraídos por un proceso electoral que les ningunea y maltrata...” 

02/2015